Durante mucho tiempo, que he
tenido muchas ganas de poder participar en algo de esta fundación, pero claro,
no se había dado la posibilidad, ya que generalmente los encuentros más
cercanos eran en Santiago, y eso igual implica un costo mucho mayor para poder
ir.
Dado que esta vez era mucho más
cerca, opté por ir, además que me serviría para ponerme en contacto con la
coordinadora y necesito tenerla entre mis contactos. Y obvio, fui con mi hija,
supongo que eso era de esperarse.
Se comenzó por presentar un vídeo
en donde se decían frases típicas entre mujeres para denigrarnos entre
nosotras. Luego continuó Karen, quién habló “espejito, espejito”, el cuál
básicamente habla de la importancia en la sociedad la imagen de cada una,
basándose en una vivencia personal para poder dar cuenta de esto, invitándonos
a que el espejito, espejito, seamos nosotras mismas, que seamos capaces de
reconocer nuestros elementos positivos.
Para dar pasó a la siguiente
expositora, salió Lilian a comentar sobre la gran experiencia que hizo que su
autoestima se desmoronara, que fue
debido al comentario de un pololo de aquellos años, y su pareja de ahora la
motivó a salir de ahí, y su gran fuerza, fue el querer compartir más momentos
para disfrutar con su hijo pequeño.
La segunda expositora es
Verónica, quien preparó una presentación basada en su historia, que creció en
los 70’. En primera instancia nos mostró su familia, y siguiente a esto nos
comentó sus mandatos durante su crecimiento, el primero “las niñas no tienen
pelo”, y comenzó a depilarse, luego “conozco el blondor y el agua oxigenada”, o
sea, aclarar los pelos en vez de depilarlos, después “descubro la cera de
depilación”, las niñas no pueden tener pelos en la piel, y claro, una se somete
a lo que sea, ¿no?; en la primera rebelión “fuera el blondor, fuera el sostén”,
se atreve a decolorar sólo en verano las piernas, pero, después llega “el arte
de ocultar”, debido al contexto social, prefiere simplemente ocular durante
todos sus años de carrera, continuamente “empiezo a elegir”, donde ya en su
primer trabajo, haciendo lo que le gusta, se atreve a usar minifalda, y
llegamos a “una revista para mujeres, pero no para todas las mujeres”, al
necesitar un trabajo permanente, entra a una revista donde las publicaciones de
la misma son las típicas que una lee, donde te denigran en vez de empoderarte
como pretenden hacerlo, y llegamos a “mi rebelión” donde ella hace lo que
quiere. Y su mensaje es hacia las adolescentes, que “si quieren se maquillan,
que si quieren se pintan las uñas, que no necesitan mensajes publicitarios para
saber cómo vivir”.
En el intertanto volvió a salir
Lilian, dándonos a conocer sus nervios frente a la charla, y nos dio datos
estadísticos los cuales son:
- · 1 de cada dos niñas en Chile siente presión por su imagen
- · 40% de las niñas entre 10 y 17 años a dejado de hacer actividades públicas porque nos les gusta cómo se ven.
Después tuvimos un pequeño break
para estirar las piernas, la leo jugó, tomar té, café, etc.
Las últimas dos expositoras fue
Sofi que tiene un proyecto que se llama “pongamos de moda el amor propio”, en
el que ella junto a dos fotógrafas más, hicieron sesiones de fotos a mujeres,
otra de hombres y finalmente una mixta, en la cual exponían los “defectos” o
las partes que a ellas/os no les gusta, pero de manera positiva, sonriendo,
amando su cuerpo, si quieren ver su IG es @amorpropio.
Y finalmente expuso Dianne, quien
tiene una academia de danza, pero de danza para liberarse, simplemente
expresarse, dejarse llevar, ella dio a conocer también su historia personal,
los obstáculos que ha superado y gracias a la danza y explicando a los docentes
presentes, que ellos son los encargados de las almas que tiene en su sala, que
no hay que marcarlos de manera negativa.
Ya para despedirnos nos tomamos
una foto grupal y quedamos pendientes en caso de que se vuelva a realizar una
actividad así.
Las actividades de la Rebelión en Rancagua seguirán, por lo tanto queden atentas y atentos a RRSS.
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